2 de enero de 2008

¿Dígame? ¿Quién me escucha?

“Las llamadas de teléfono ya no son secretas en Alemania” Es uno de los titulares que leemos hoy en los diarios.
En realidad nos parece hasta lícito y de buen gusto este acto ya que nos lo venden adornado con el tema de protección ante actos terroristas. Si esto hubiera ocurrido en Cuba o en Venezuela ¿la respuesta por parte de los ciudadanos europeos y de la prensa había sido tan magnánima como lo es con el caso alemán? Buf creo que no.

Creo que el control de nuestros actos y movimientos es algo que hasta la fecha se ha realizado sin tapujos alguno y tan solo lo que ahora se hace es darle un toque público para cubrirse las espaldas en el caso de sacar a la luz algún dato importante. Sin embargo yo me cuestiono, ¿este control se realizará única y exclusivamente para la protección frente a actos terroristas? ¿No se confundirán los términos y se utilizara “tal vez por Error” en otras materias? ¿Ese control se realizará a todos los niveles o afectará únicamente a inmigrantes, curritos de a pie (y así de paso vemos qué se traen entre manos), gente vinculada a grupos de presión opuestos a las pautas dictadas por el gobierno de turno, grupos de activistas extremistas sin vinculación a actos de terrorismo? Y seguiría nombrando miles de grupos o individuos que serán igualmente controlados sin que tengan vínculos con el terrorismo. Ya se sabe, “aprovechando que pasaba por aquí, subí a saludarte”

Y además podrán inmiscuirse “en casos excepcionales” en nuestros discos duros sin autorización judicial pero ¿quién pautará esos casos excepcionales? Y ¿no será posible que por “error” o simplemente por un “simple desliz”, en alguna ocasión esos casos excepcionales carezcan de pautas o se vean difuminados de tal forma que todo sea “controlable por ser caso excepcional”?

Demasiada laxitud en esta nueva “norma”, en este nuevo “Gran Hermano” ¿Cuál será la próxima acotación de libertad? No quiero ni imaginar.

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