30 de agosto de 2016

El ejército colombiano llama al "acuerdo de paz" por su verdadero nombre: una victoria contra las FARC-EP

El ejército de Colombia no se anda con eufemismos para esconder lo que significa realmente el acuerdo de paz con las FARC: una victoria del gobierno y de las fuerzas armadas (es decir, aunque esto no lo reconoce el ejército, por supuesto, el triunfo de la clase dominante contra el pueblo).

"Por supuesto que el país tiene que ver todo este nuevo escenario con gran esperanza con el futuro, un futuro que está asignado por la victoria del Ejercito, de los soldados de Colombia, que llegamos a este punto por el trabajo de todos. Logrando sentar a estas organizaciones terroristas que tanto daño le hicieron al pueblo colombiano, afirmó uno de sus portavoces.
Imagini pentru acuerdo de paz farc
Si la clase dominante y la dominada se dan la mano, solo puede ser porque
la segunda está traicionando a los suyos, haciéndoles tragar el anzuelo
de la falsa democracia burguesa

Son las palabras de un alto oficial del ejército colombiano, celebrando el hecho de que serán las fuerzas armadas oficiales las que tendrán que "cuidar" (vigilar) al que fue su enemigo durante 52 años, "a socilicitud de las propias FARC".

"Esta es la transformación de un Ejército que entiende que ganó la guerra. Un Ejército que tiene la estatura, la moral y ética para cuidar, ahora, al enemigo de 52 años"

El jefe del Ejército aseguró que para la institución castrense no es una humillación. "Para nosotros no es una humillación, para nosotros es un honor porque quien las cuida es quien ganó la guerra, porque quien las cuida es quien queda con las armas, quien las cuida es quien viste los uniformes de la República".

Estas declaraciones son del general Alberto José Mejía en el desarrollo de un seminario en la escuela Militar General José María Córdova: "Cultura de legalidad y seguridad jurídica en las Fuerzas Militares", que contó con la presencia de varios magistrados del Consejo de Estado de la República.

Lo cierto es que, aunque la derrota se disfrace tras los fuegos artificiales de un supuesto acuerdo de "paz", hay que recordar las palabras del anterior jefe de las FARC, asesinado por el Ejército Colombiano hace cinco años, el Comandante Alfonso Cano: "Desmovilizarse es sinónimo de inercia, es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al ideario revolucionario que cultivamos y luchamos por las transformaciones sociales, es una indignidad que lleva implícito un mensaje de desesperanza al pueblo que confía en nuestro compromiso y propuesta bolivariana",además de señalar que "el desesperado afán por rendir" al grupo guerrillero corresponde al interés del presidente Juan Manuel Santos de "enriquecer todavía más a los más ricos y hundir aún más en la miseria a los más pobres".

Es más que evidente que la paz por la que lucharon desde su fundación las FARC-EP no se ha alcanzado y no se conseguirá por la farsa de los acuerdos de paz con la élite criminal de Colombia, su clase capitalista vasalla del imperio norteamericano. De hecho, el presidente Santos ha anunciado que la doctrina militar de Colombia y el modelo económico son intocables ¿Qué paz se puede alcanzar así?

Aunque es comprensible, no obstante,que el cansancio de tantos años de lucha puede haber hecho que decaigan las ganas de alcanzar la única paz posible, nos parece deshonroso proceder a la desmovilización, entregar las armas y abandonar el objetivo de conseguir la paz real, la que solo es posible sin la existencia de clases antagónicas, tomando por estúpidos a los colombianos con el eufemismo de "acuerdo de paz", cuando no se trata más que de una total rendición, una derrota. Los nuevos comandantes de las FARC hubieran hecho menos el ridículo si hubieran reconocido abiertamente que ya no creen en las palabras de Marx y Engels con las que finaliza El Manifiesto Comunista:

"Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones.  Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista.  Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas.  Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar ¡Proletarios de todos los Países, uníos!" .

1 comentario:

Anónimo dijo...

La firma de la paz -que no la derrota militar, como afirman los cachacos colombianos- era para las FARC el modo de "confluir" en el sistema económico y sociopolítico dominante. Y aquí se puede establecer una analogía con el modo en que "confluyeron" en el sistema de dominación imperialista los llamados países socialistas, a finales de los 80 y principios de los 90 del s. XX: en aquel caso, había que renunciar a una estructura jurídico política que se erigía como obstáculo para asumir las bondades del sistema capitalista; en el caso de las FARC el obstáculo era el accionar armado.

El verdadero rostro de la "victoria", de la "paz", o como se quiera presentar, no es más que el fracaso, nuevamente, del revisionismo, por muy armado que estuviera, única razón que ha prolongado en el tiempo este proceso.

Sade

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